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Tales of Kenzera™: ZAU

PERSONAJES

Arma tu propio viaje junto a personajes míticos y enemigos formidables que te enseñarán valiosas lecciones de vida.

Personajes Enemigos Jefes

ZAU

El joven chamán de Amandla, Zau, es un chico aquejado por el duelo. La pérdida de su Baba le supone un gran peso.

Decidido, Zau buscó la ayuda de Kalunga, el dios de la muerte. Su misión parece sencilla, pero no lo es: darles paz a tres grandes espíritus que habían burlado a la muerte. A cambio, Kalunga le devolvería a su Baba.

KALUNGA

El guardián de la frontera entre el reino de la vida y el de la muerte. Una deidad poderosa, con un propósito noble. El dios de la muerte, que eligió manifestarse como un anciano.

Kalunga equilibra perfectamente la calidez y la brusquedad; quizás el chamán Zau le parece prometedor. O quizás no. Sin embargo, con toda certeza, el chico lo intriga.

ZUBERI

El niño afligido. El que lee la historia. Zuberi es un hijo en duelo que lucha por asimilar una pérdida inmensa y repentina.

Quizás a través de la historia de Zau, que escribió su Baba enfermo en sus últimos días, le ayude a encontrar consuelo, comprensión... y aceptación.

LIYANA

Liyana, la única ikakarambense sobreviviente, no ansía nada más que volver a jugar con Impundulu, el Gran Espíritu del Cielo. Infantil y alegre, Liyana es excepcional para su edad.

Decidida a ver a Impundulu, se encariña con la valentía y la determinación de Zau.

SABULANA

La que alguna vez fue una amiga cercana de Zau, Sabulana, es la chamana de Kivuli y guardiana de los Bosques. Instruida en las artes de la herbología y la curación, tiene una sabiduría excepcional para su edad.

Hace bastante tiempo que Zau y Sabulana no se ven; viejas amistades, nuevos tiempos.

BOMANI

Bomani, un guerrero anciano de Itshoka, vio su carácter cálido ensombrecido debido a la preocupación por su hijo, desaparecido hace tiempo. El miedo por el destino de su hijo tiñó su sentimentalismo con un amargo pesar.

En su juventud, Bomani recorría el desierto, persiguiendo a las nubes de adze por las infinitas cavernas bajo la arena. Ahora que es anciano, la angustia por su hijo lo domina.

MAMA

La compasiva y fuerte madre de Zuberi, Mama, adopta un enfoque directo para ayudar a su hijo a superar el duelo.

Al obsequiarle la historia de Zau, espera que Zuberi pueda encontrar la aceptación en su interior..., mientras ella lidia con sus propios sentimientos de pérdida.

YUMBOES

Las yumboes, criaturas misteriosas y benévolas, vienen de un mundo de constante alegría. Su vida está colmada de júbilo y suelen bailar toda la noche bajo la cálida luz de la luna.

Ahora, han encontrado el camino a Kenzera. Sentarse con una yumboe es un descanso tranquilo en épocas inquietantes.

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ROHO YA RUNGU

Los roho ya rungu, espíritus guerreros ancestrales, fueron desplazados y atrapados en el mundo de la vida. Este desplazamiento forzado los volvió muy agresivos y violentos.

Los roho ya rungu se convirtieron en lo que son por caer en combates brutales. Motivados y envenenados por la paz alterada, su mente vira hacia su entrenamiento: los viejos principios de pelea y hostilidad.

ROHO YA MTUPAJI

Famosas por su increíble puntería, las roho ya mtupaji eran respetadas en Kenzera por su habilidad para cazar. Estas guerreras, antes lanzadoras ceremoniales reclutadas para el combate, eran letales en el campo y dominaban la guerra con prudente estrategia y precisión.

Aún no pueden hallar la paz. Siguen varadas en el mundo de los vivos y han perdido la razón. Estos espíritus son tan ajenos al mundo actual que se transformaron y deformaron. Sus piernas se hundieron profundamente en la tierra como firmes estatuas.

TOKOLOSHE

Las tokoloshe son las embaucadoras corrompidas y degeneradas de la vida, que ahora gozan del caos de su forma espiritual. Adictas al engaño, las bromas y las tonterías, las que aún merodean por Kenzera son siempre hostiles.

Sus bromas, antes inofensivas, dieron paso a la malicia, a chistes que se exceden, a bromas que llegan a ser peligrosas. Corrompidas por los crueles brujos de la naturaleza, ahora son puro caos, recreadas con una intención maliciosa.

KONGAMATO

Se dice que, de todas las criaturas que existieron en el mundo, el kongamato era el más antiguo. Una criatura ancestral de una era pasada, se asumía que se había extinguido debido a los tiempos cambiantes y los sucesos de la historia. Pero muchos seguían aquí, presos en este mundo como espíritus latentes.
 
Confundidos, pero de rápida adaptación, los kongamato adoptaron una agilidad y una postura brutales para sobrevivir en un mundo al que ya no pertenecen.

ROHO YA NGAO

Los roho ya ngao eran enemigos muy valorados en batalla. Cambiaban el rumbo de la guerra con solo unos pocos guerreros muy bien entrenados y se decía que, en vida, nacían con un escudo en el brazo.

Formidables en la vanguardia, su mentalidad de regimiento infundía miedo a sus enemigos. Muchos cayeron en las batallas de la historia y los espíritus que quedan siguen luchando como si no hubiera un mañana.

NAMIB

Se cree que los namibs, criaturas ancestrales de un mundo muy lejano al nuestro, poseen una gran inteligencia. Son la creación de Inkanyamba, la gran serpiente que vuela entre mundos devorando a quienes considera un fracaso. Los namibs son hábiles, intimidantes e implacables.
 
Varados en el reino de la vida en su forma espiritual, aprovecharon la oportunidad de seguir los pasos de su creador: una convicción de la verdadera naturaleza del universo que Kenzera no ha podido aceptar.

ADZE

Los adze no son de este mundo. Son fanáticos intensos, consagrados a la voluntad de un ser llamado Ba, a quienes ellos consideran el creador definitivo: la cumbre de la perfección del ser y el conocimiento. En su propio mundo, lejos de Kenzera, se esforzaban por lograr la perfección en detrimento de todo.
 
Poseedores de una mente colmena, los adze corrompieron, consumieron y asimilaron todo en este afán desesperado. De su mundo quedó solo el cascarón, pero aún no se creían perfectos. Por eso, vinieron a Kenzera, buscando la perfección que quizás jamás alcancen.

ROHO YA UWINDAJI

Las roho ya uwindaji eran guerreras de Kivuli, famosas por su agilidad y destreza con la lanza. Aunque las subestimaban en combate, estas cazadoras estaban al frente de muchas cacerías y batallas.
 
Ahora existen como espíritus fracturados, motivadas por una cacería inalcanzable: la presa que jamás obtendrán.

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IMPUNDULU

El Espíritu del Cielo, plagada de ansiedad a causa de su hija, Liyana. Impundulu no quería que Liyana, una niña despreocupada, tuviera que tomar su lugar y volverse el Espíritu del Cielo con todas las responsabilidades que eso implica.
 
Por negarse a atravesar el velo, Impundulu se volvió hostil y violenta. Gracias a los esfuerzos del chamán Zau, Impundulu finalmente consiguió la paz: aceptar su propia muerte y permitir que su hija floreciera.

KIKIYAON

El antes benévolo Espíritu de la Naturaleza, Kikiyaon fue transformado y corrompido por su profundo miedo al cambio. Lleno de crueldad y malicia, usó una ilusión de Sabulana para darle una falsa sensación de seguridad a Zau.
 
La mente de este era íntegra y próspera, justo lo que deseaba Kikiyaon. Ansiaba consumir el miedo de Zau, reclamarlo como otro amuleto de su gran colección. En las profundidades de su mente, Zau confrontó al Espíritu corrompido y lo destruyó, liberando al bosque de la maldad desquiciante.

GAGORIB

El mutado y transformado hijo de Bomani, GaGorib, era un joven apesadumbrado que no podía aceptar la muerte de su padre. Esta negación, combinada con un odio a sí mismo por cómo había fallecido su padre, lo invadió con los elementos antiguos y primordiales de la ira; una llama que no se apagaba con facilidad.
 
Zau entendió que GaGorib representaba el dolor colectivo de la humanidad e intentó darle una muy merecida paz. El actuar de Zau, junto con el consuelo final de Bomani, le dio a GaGorib el alivio que de verdad necesitaba: aceptar la muerte de su padre y extinguir el gran y doloroso fuego en su interior.

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